‘¿Cómo te dio por estudiar metalurgia?’

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Opinión de Núria Salán, profesora de la UPC - Terrassa y presidenta de la Societat Catalana de Tecnologia

TENDENCIA AL ALZA. El porcentaje de mujeres que estudian una ingeniería del ambito industrial ha aumentado un 6% en la última década. Entre las diferentes especialidades que componen los estudios
de la rama industrial
de la Ingeniería, las
mujeres se decantan en mayor medida por la de Química Industrial, seguida de Ingeniería
Mecánica e Ingeniería
Eléctrica, según datos
del Consejo General de
la Ingeniería Técnica
Industrial de España

TENDENCIA AL ALZA. El porcentaje de mujeres que estudian una ingeniería del ambito industrial ha aumentado un 6% en la última década. Entre las diferentes especialidades que componen los estudios de la rama industrial de la Ingeniería, las mujeres se decantan en mayor medida por la de Química Industrial, seguida de Ingeniería Mecánica e Ingeniería Eléctrica, según datos del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial de España

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Creo que una de las preguntas que más veces me han hecho es  ¿por qué a las chicas les cuesta tanto escoger estudios técnicos?”. Otra pregunta que competiría por una posición en podio sería “¿cómo te dio por estudiar metalurgia?”, igualada en puntuación con: “Pero, ¿no te parece que ya no es preciso hablar de ‘esto’?”. “Esto” hace referencia a las campañas de potenciación y empoderamiento femenino para evitar que abandonen una primera intención de vocación, ante preguntas de tipo “¿de dónde lo has sacado, esto de la tecnología?” o “¿cómo se te ha ocurrido esto de plantearte una vocación TECH o TIC?”. Nuevamente, “esto” es un comodín para describir algo que “no se entiende”.

Y me temo que no hay una respuesta a estas preguntas. Bueno, sí que la habría, pero no sería una respuesta única.

Por un lado, quiero destacar la lamentable ausencia de modelos y referentes femeninos en los contenidos curriculares. He argumentado en muchas ocasiones cómo es de directa la relación existente entre las vocaciones y los modelos que las fomentan, pero parece ser que las editoriales de libros de texto no han leído/escuchado mis palabras, o bien “no están por la labor”. Y así nos va.

“Quiero destacar la lamentable ausencia de modelos y referentes femeninos en los contenidos curriculares”

Compitiendo con el argumento anterior, estaría la falta de formación y pasión por la tecnología en Magisterio. Resulta que el porcentaje de maestros/as que provienen de una formación previa tecnológica es mínimo. Hace poco escuché que se debería introducir la figura del MIR (Maestro/a interno/a residente) para favorecer una formación más diversa de este colectivo antes de que entren en las aulas de Primaria. Y le doy vueltas a esta idea, porque no descarto que sería muy interesante.

Y no podemos ignorar que se sigue considerando que coches, cohetes, robots y juegos multimedia son los ejemplos más atractivos para captar talento joven. Y no digo que no sean atractivos, pero desde luego no lo son tanto como se cree para un gran porcentaje del público potencial: las niñas. Es un error insistir en estos modelos, en detrimento de muchísimos otros, presentes en nuestro día a día, que pueden resultar infinitamente más próximos y apetecibles. Para niños y para niñas. Vaya, que no hay que inventar la rueda, ni plantear campañas tan costosas como ineficaces, sino que hay que sacar a pasear el sentido común.

El porcentaje de maestros/as que provienen de una formación previa tecnológica es mínimo

Mi entorno sabe que “las inventoras” son mis referentes favoritas. Aplaudo la valentía de tantas mujeres que, con su diversidad de perfiles y orígenes, han contribuido a que nuestra vida sea mucho más fácil, amable y segura. Tantas, que no cabrían ni en un libro ni en cien. Todas ellas han sido creativas y creadoras, inquietas e innovadoras, osadas e invisibilizadas. Y comparten las páginas de los libros que nunca se leen, porque en el momento de montaje del libro, se decidió que “no cabían”. Ninguna ha tenido el reconocimiento que merece. Ni Marie Curie, tan exageradamente alabada que se convirtió en un modelo “áspero”. Y con “exageradamente” me refiero a que se la ha tratado como si fuese una rareza y esa etiqueta no hace justicia a la gran mujer y excelente investigadora que fue.

“Hemos de garantizar que lasgeneraciones más jóvenes tengana su alcance modelos de todos losámbitos, perfiles y géneros”

Y hablando de “rarezas”, este término se utiliza a menudo para referenciar a mujeres líderes, de modo que este tratamiento, tan irreal como injusto, no ayuda. ¿Qué niña va a querer ser “una rareza”? ¡Ninguna! Estas líderes son mujeres que se levantan, desayunan, toman el sol (o no), disfrutan de los placeres de la vida y cumplen con sus compromisos laborales. Eso no es nada raro pero las “etiquetas” hacen que las veamos como atípicas. También hay que normalizar que hay (y espero que cada vez haya más) perfiles poderosos, potentes y talentosos con nombre de mujer. Porque lo valen. Y que no nos provoque rubor decir en voz alta “¡Porque lo valemos!”. Porque lo valemos.

Hemos de preocuparnos por garantizar que nuestras generaciones más jóvenes tengan a su alcance, y con naturalidad, modelos de todos los ámbitos y de todos los perfiles. Y de todos los géneros. Por igual. A partir de aquí, es cuestión de tiempo que se normalice una selección libre y diversa de vocaciones, por parte de esta generación joven, y aparecerán, con naturalidad, las vocaciones libres de sesgos, en las que habrán influido (muy probablemente) modelos y referentes de proximidad. Tan sencillo como esto. Tan complejo y complicado como esto.

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